El tipo de corriente que alimenta las líneas de alta velocidad en España es la corriente alterna monofásica. Este tipo de corriente está muy extendida debido a la posibilidad que ofrece de transportar grandes tensiones, luego grandes velocidades.
En su mayoría, las locomotoras en México son del tipo diésel-eléctricas. El combustible se usa, sobre todo, por la gran potencia requerida para el funcionamiento de los equipos (mayor a 2000 HP).
El valor de tensión de alimentación a los trenes es normalmente 25 kV 50 Hz, aunque también en países como Alemania y su entorno se utilizan 15 kV, 16 2/3 Hz.
En las líneas convencio- nales de ancho de vía de 1.668 milímetros existen tramos de líneas aéreas a 3.000 y 25.000 voltios, en las de alta velocidad y 1.435 milímetros sólo a 25.000 voltios y fi- nalmente en los tramos de ancho métrico están electrificadas a 1.500 voltios.
Algunos de nuestros trenes consumen combustible diésel (en torno al 20% de nuestros tráficos). Buscamos una alternativa trabajando en su progresiva sustitución por energías más limpias (Gas Natural Licuado), o libres de contaminación local y efecto invernadero (pila de Hidrógeno).
En la línea Madrid-Sevilla de alta velocidad el sistema de alimentación a catenaria es de corriente alterna monofásica a 25 kV. Y 50 Hz. de frecuencia, alimentando de forma eficaz la línea para facilitar uan frecuencia de trenes cada 15 minutos en cada sentido.
Las tensiones habituales de los sistemas de catenaria oscilan entre los 600 V a los 3 KV de corriente continua, pero también se emplea la corriente alterna con potencias de 15 a 25 kv.
Para sistemas de metro, el tercer riel tiene sentido. Para trenes de larga distancia, tiene más sentido usar catenaria, ya que permite velocidades más altas y es más eficiente, creo.
Para impulsarse por los tramos sin catenaria, el tranvía debe contar con energía eléctrica almacenada. Para ello, se utilizan baterías basadas en reacciones químicas o supercondensadores, formados por dos placas conductoras y un material dieléctrico, que se recargan con la energía desprendida en el frenado.
El sistema de electrificación ferroviaria más extendido es la catenaria o Línea Áerea de Contacto (LAC). Se trata de un cable colgado que se encarga de transmitir al tren la energía que necesita.
El AVE usa motores eléctricos trifásicos en su sistema de propulsión. Son modelos altamente eficientes y permiten que el tren llegue a velocidades comerciales de hasta 310 km/h. Además, la tracción distribuida en cada cabeza tractora garantiza una óptima potencia y estabilidad durante el trayecto.
Encontrarás algo como esto dentro de muchas locomotoras. Este es un motor diesel V-16. Cada uno de los cilindros tiene un poco más de 10 litros, o 160 litros en total. Eso es típicamente 3.000 caballos de fuerza.
A veces también pueden lesionarse los nervios periféricos, de forma que si una persona toca un cable de alta tensión puede llegar a tener parálisis y anestesia, que es una disminución de la sensibilidad de las manos, de forma permanente, para toda la vida.
En las líneas ferroviarias de alta velocidad españolas la electrificación se realiza en corriente alterna a 50 Hz, a una tensión de 25 kV, y las configuraciones existentes son las conocidas como: 1×25 kV y 2×25 kV.
Las tensiones más frecuentes de una catenaria varían desde los 600 V (voltios) a más de 3.000 en corriente continua, y entre 15 y 25 kV en corriente alterna. Adif, ha explicado que esta línea de contacto se compone de "cable sustentador, hilo de contacto, falso sustentador o péndola en 'Y' y péndolas equipotenciales".
La corriente eléctrica utilizada en los aviones es de diferentes tipos, pero suele ser: Corriente alterna de 115 Voltios. Corriente continua de 28 Voltios.
Dispone de un depósito de combustible en cada coche con capacidad para 1.400 litros. de gas-oil, lo que le permite una autonomía superior a los 1.000 kilómetros, más de 12 horas de autonomía eléctrica con consumo máximo de calefacción. La generación eléctrica es independiente de la tracción.
Actualmente, las locomotoras más comunes son de 4,400 HP con motores de corriente alterna, que además han evolucionado a tecnologías basadas en motores de bajas emisiones que utilizan gas, que necesitan contar con un tanque cargado de este acoplado a la locomotora.
En general, los trenes están diseñados para durar entre 30 y 40 años. A mitad de su ciclo de vida, se revisan por completo: a menudo aprovechamos esta revisión de mitad de vida para llevar a cabo una primera renovación de los equipos.