La capacidad de una mochila se mide en litros. Para una actividad no técnica de un día puede servirnos una mochila de entre 20-30 litros. Para un par de días, una mochila de entre 35 y 50 litros será suficiente, y para más días 50 a 70/90 litros, en función del material a transportar y la logística planificada.
Para usar un fin de semana, es mejor una mochila de 40 a 60 litros. Para usar una semana, es recomendable usar una mochila de 50 a 75 litros. Para usar en una expedición más larga, se recomienda usar una mochila de 65 litros.
Su volumen oscila los 40 o 45 litros y están diseñadas para soportar un peso de 8 a 10 kilos. Aunque son mochilas más técnicas, algunos modelos pueden usarse también para senderismo o trekking.
La capacidad de una mochila se mide en litros y se puede encontrar en la etiqueta del producto o en su descripción. Esta característica de las mochilas se mide en litros porque es una unidad de medida que indica el volumen capaz de soportar este tipo de bolsos.
Gracias a los distintos compartimentos y bolsillos, en las mochilas de 50 litros puedes distribuir el peso de forma equitativa y hacer así tu viaje mucho más confortable. Estas mochilas pueden llegar a contener hasta unos 15 kilos, aproximadamente.
Una mochila "buena" se diferencia fácilmente por la calidad que le imprimen en su fabricación, los materiales que se utilicen que sean resistentes al agua, a la fricción y al desgaste, tales como lo es el nylon balístico, el poliéster de alta densidad o el cuero.
Aunque no lo creas, puedes sobrevivir con menos cosas de las que te imaginas. De hecho, esas cosas en total debería pesar unos 15 kilogramos como máximo, un peso que puede entrar en una mochila de 55 litros.