Los trenes diesel funcionan en Europa y siguen siendo necesarios para que hay unos 80.000 km de vía ferroviaria sin electrificar, representa el 40% de la toda la red. Una infraestructura para la que circulan unos 12.000 vehículos diesel cada día.
Algunos de nuestros trenes consumen combustible diésel (en torno al 20% de nuestros tráficos). Buscamos una alternativa trabajando en su progresiva sustitución por energías más limpias (Gas Natural Licuado), o libres de contaminación local y efecto invernadero (pila de Hidrógeno).
Existen diferentes tipos de locomotoras, que se diferencian, principalmente, por el tipo de combustible empleado para su funcionamiento. En la actualidad, son tres las más utilizadas: locomotoras a diésel, diésel-eléctricas y eléctricas. En su mayoría, las locomotoras en México son del tipo diésel-eléctricas.
En avión: la energía consumida es de 234 kWh de y las emisiones son 70.9 kg de CO2. En tren convencional: la energía consumida es de 66 kwh y se emiten 17.1 kg de CO2. En tren de alta velocidad: se consume 53 kWh de energía y se producen unas emisiones de 13.8 kg de CO2.
Durante casi un siglo, los trenes eléctricos utilizaron casi en exclusiva motores de corriente continua. Sin embargo, debido a la evolución de los motores de corriente alterna y sus sistemas electrónicos de control, en la actualidad todos los trenes nuevos utilizan motores asíncronos.
El gasto del tren va a depender del tipo de vehículo y de la ocupación del tren. En el caso del metro o tranvía, el consumo real según su ocupación media, que es del 21%, es de 1,5 litros, mientras que el consumo de combustible teórico para la ocupación ficticia del 100% es de 0,4 litros.
En general, los tanques de combustible de los trenes pueden tener capacidades que oscilan entre los 2,000 y los 20,000 litros. Esta amplia variación se debe a factores como la distancia que debe recorrer el tren, el tipo de combustible utilizado y el consumo de la locomotora.
En el 30 aniversario del AVE, España consolida su liderazgo ferroviario con el desarrollo de trenes movidos con hidrógeno renovable, y encabeza la revolución de este nuevo vector energético.
Jet A es el tipo de combustible usado en aeronaves civiles. Jet A también se usa en algunas aeronaves militares. JP-5, JP-8 y Jet A son líquidos incoloros inflamables que huelen a kerosén. Estos combustibles son una mezcla de muchos compuestos llamados hidrocarburos.
¿Cuál es el combustible de los trenes en Argentina?
En ese año el consumo de combustibles por todos los ferrocarriles en Argentina alcanzó las siguientes cifras: 1 356 856 toneladas de carbón, 621 012 de petróleo, de las que el F. C. Sud usaba 57%, y 622 037 de leña.
Con el avance de la tecnología, los trenes comenzaron a utilizar motores diésel en lugar de la tradicional locomotora a vapor. El diésel es un combustible líquido derivado del petróleo, el cual es quemado en un motor de combustión interna para generar energía mecánica.
Contamos con más de 900 trenes destinados a los Servicios Públicos de Cercanías y de Media Distancia en ancho convencional. La flota con numeración 400 correspondes a trenes de tracción eléctrica y la de la serie 500 a vehículos diésel.
¿Cuántos cilindros tiene el motor de una locomotora?
Las locomotoras que están propulsadas únicamente por un motor a diésel requieren que el motor sea sumamente grande. Estas requieren 11 litros por cada uno de sus 12 cilindros y un rango de compresión de cerca de 16 a 1, en un motor de dos tiempos. Esto para que generar alrededor de 3 mil caballos de potencia.
La locomotora puede cambiar entre transmisiones a 140 o 100 km/h. El rango de velocidad de la transmisión correspondiente se consigue mediante dos marchas.
Al existir también varios tipos de locomotoras los costos varían, pues existen locomotoras de 4 ejes, 6 o incluso 8 ejes y funcionan con electricidad / diésel puede ser nuevas o usadas. El costo de una locomotora diésel/eléctrica se encuentra entre los $1,200,000 y $2,200,000, según el fabricante, modelo y el tipo.
En general, en un coche de gama media, un litro de combustible sirve para recorrer un promedio de entre 12 y 14 kilómetros. Es decir, entre siete y ocho litros por cada 100 kilómetros recorridos.
Es la denominación que reciben los cables aéreos eléctricos que se encargan de dar corriente a determinados transportes, como es el caso de los trenes. Estos cables transmiten la energía necesaria para su puesta en marcha y movimiento.