No ni na. Esta es una expresión que se utiliza principalmente en el sur de España, es un acortamiento de “no ni nada”, es decir, una triple negación. ...
«No puedo dedicarle el tiempo que necesitaría». «Estaré con la cabeza en un proyecto, así que no podré ayudar». «Es un honor que me lo pidas, pero esta vez no puedo ayudarte». «Me gustaría poder hacer que esto funcione… pero no puedo.»
Consejos para contestar de forma inteligente. Escucha atentamente. Piensa antes de responder. Sé claro y conciso. Utiliza ejemplos o historias. Sé empático.
Lo más importante es dar el paso y negarte. Un "no, lo siento" es suficiente para empezar. Después, debes prestar atención a sus motivos, es decir, las razones por las que la otra persona te pide algo. Hazle saber de manera explícita las razones por las que te lo está pidiendo.
Por ejemplo, si una amiga nos propone salir y no queremos, podemos decir «no, hoy prefiero no salir». Otras opciones serían «no, no me va bien» o «no, hoy no me apetece». Siempre hay que expresarnos de una manera directa y sin dudas pero también con educación y respeto hacia la otra persona .
La mejor manera de decirle algo a alguien sin enojarse es ponerse en los zapatos de la otra persona y pensar en cómo le gustaría tener la conversación. En lugar de centrarse en las emociones negativas, trate de centrarse en los aspectos positivos de la conversación y sea consciente de su tono y lenguaje corporal.
1) EMPATIZAR O ENTENDER LA PETICIÓN DEL OTRO. Lo primero a tener en cuenta es fijarnos en qué es lo que quiere la otra persona, es decir, conocer su objetivo. ...
2) DECIR ABIERTAMENTE TU OBJETIVO, SIN JUSTIFICARTE DEMASIADO. ...
Da alternativas: “no, pero…” (en lugar de un “no” rotundo) o bien “sí, pero…” (impón condiciones para que cumpla también tus deseos). Si puedes, anticípate a la petición, prepara tu respuesta asertiva. Muestra agradecimiento (“gracias por la propuesta o por pensar en mí”)
Decir “no” es importante como forma de establecer límites, de preservar nuestra intimidad y espacio ante los demás. Es también una expresión de auto respeto y consideración hacia nuestras propias necesidades.
La persona que se siente rechazada se infravalora constantemente, lo que la lleva a actitudes perfeccionistas en un intento de buscar la validación de los demás, pero cuanto uno más busca la perfección, más percibe las carencias, lo que aún aumenta más la sensación de ineficacia y fracaso.