Historia de la pirámide de Chichen Itzá El origen de la pirámide se remonta a la civilización maya, quienes habitaban esta ciudad desde aproximadamente el 800 d.C. No obstante, esta y otras construcciones similares han sido influenciadas también por la cultura tolteca.
Los Itzáes se establecieron en Chichén Itzá en el siglo IX d.C. Se cree que eran mayas putunes o chontales. Forjaron un amplio dominio con una cultura unificada cuyo centro era Chichén ltzá. Hacia fines del siglo X, la ciudad fue invadida por una tribu predominantemente guerrera: los toltecas.
En 1894, el entonces cónsul de Estados Unidos en México,Edward Herbert Thompson adquirió la Hacienda de Chichén-Itzá y realizó estudios y exploraciones en la zona, en especial dentro del cenote sagrado.
El lugar fue visitado por Stephens y Catherwood durante su periplo por Yucatán. Durante una escala en Londres, Stephens conocería a quien iba a ser su compañero de viaje durante los años siguientes, Frederick Catherwood, con quien conectó inmediatamente.
La construcción de estas pirámides se hacía colocando una roca sobre otra, consiguiendo así la forma escalonada final. En la parte delantera de la pirámide se encuentra una escalera que sube hasta el templo. Se utilizaban rocas donde hacían grabados que servían como decoración para el templo.
Chichén Itzá - Los secretos de la pirámide Maya (DOCUMENTAL - HD)
¿Cómo construyeron los mayas las pirámides?
Los mayas comenzaban la construcción de sus pirámides creando un gran montículo de tierra para darle la forma básica del edificio. Luego construían la pirámide alrededor de este montículo con grandes piedras . Los mayas estaban obsesionados con el cielo.
¿Qué pasó con el hombre que subió a la pirámide maya?
Se puede ver entonces a un guardia de seguridad subiendo al templo tras el hombre. Tras llegar a la cima, la multitud abucheó. Poco después, miembros de la Guardia Nacional Mexicana acudieron corriendo para detener al turista, quien fue rápidamente arrestado y se lo llevaron con las manos en la espalda.
Aunque dejaron tras de sí impresionantes obras de arquitectura y arte, los habitantes de la ciudad no dejaron constancia de por qué abandonaron sus hogares. Los científicos especulan que las sequías, el agotamiento de los suelos y las búsquedas reales de conquistas y tesoros pudieron haber contribuido a la caída de Chichén Itzá.
¿Qué significa la serpiente en la pirámide de Chichén Itzá?
Durante los equinoccios, el sol proyecta sombras sobre la pirámide de Kukulkán que crean la ilusión de una serpiente descendiendo por la escalera norte. Este fenómeno es un tributo a Kukulkán, la serpiente emplumada, una de las deidades más importantes de la mitología maya.
El tránsito peatonal erosionó los escalones de piedra, dañando la integridad de la pirámide y aumentando el riesgo de daños irreversibles. La decisión de prohibir la escalada garantiza que la pirámide permanezca intacta para que las generaciones futuras la admiren y estudien.
El saqueo de Edward H. Thompson a Chichen Itzá ocurrió del año 1905 a 1911, y se logró gracias a un curioso artefacto que instaló a las orillas del Cenote Sagrado: una draga, equipo que puede excavar en tierras que están debajo del agua.
Hace 100 años, fue una empresa local la que apostó por nuestra herencia cultural, la que ayudó a posicionar dos sitios que hoy son patrimonio de la humanidad y puso los primeros cimientos para una industria turística estatal y nacional.
Las exploraciones han revelado que este cenote era un punto de peregrinación del mundo maya, donde se practicaban rituales y se hacían ofrendas a los dioses.
El terreno bajo los monumentos fue de propiedad privada hasta el 29 de marzo de 2010, cuando fue adquirido por el estado de Yucatán . Chichén Itzá es uno de los sitios arqueológicos más visitados de México, con más de 2.6 millones de turistas en 2017.
Edward Thompson, además de ser el propietario de Chichén Itzá, se encargó de dragar el Cenote Sagrado, sacando del país alrededor de 30,000 piezas arqueológicas, muchas de las cuales se encuentran en diversos museos de la unión americana.
Teoría de la sequía. Esta teoría sostiene que un cambio climático rápido, en forma de una sequía severa (una megasequía), provocó el colapso del período Clásico Maya. Los paleoclimatólogos han descubierto abundante evidencia de que se produjeron sequías prolongadas en la Península de Yucatán y la Cuenca del Petén durante el Clásico Terminal.
En el siglo xvi el Imperio español conquistó la región mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última ciudad maya cayó en 1697. El poder político durante el periodo clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural.
Un nuevo cenote fue encontrado debajo de la pirámide de Kukulcán en Chichen Itzá, y es de esta manera que nuevamente somos sorprendidos por esta civilización antigua que en efecto no hacía nada.
En uno de los primeros resultados obtenidos por el estudio en 2015, la UNAM confirmó la presencia de un cenote debajo de la pirámide. Se trata de una depresión geográfica que está inundada y se forma por la disolución de roca caliza a partir de la filtración de agua dulce.
La leyenda dice que las raíces de los árboles albergaban a los muertos, mientras que el tronco es el lugar donde residen los vivos y las ramas eran el hogar de los dioses. Pero en la copa del árbol estaba el origen de todos los dioses en forma de pájaro, el Quetzal Celestial.
Chichén Itzá Descubrimiento y traslado a Pisté de la imagen sedente conocida como "Chaac Mool". En la foto, su descubridor, el arqueólogo y aventurero francés Augustus Le Plongeon; ca. 1873.
En la pirámide de Kukulcán, en las ruinas mayas de Chichén Itzá (México) se produce un juego de luces y sombras en el que parece que la serpiente emplumada maya desciende sinuosa desde la cima de la pirámide.
«Han surgido múltiples teorías sobre la causa del colapso, como cambios en las rutas comerciales, guerras o sequías severas, basadas en pruebas arqueológicas que dejaron los mayas. Pero en las últimas décadas hemos comenzado a aprender combinando los datos arqueológicos con evidencia climática cuantificable».