Definición. Es una pérdida parcial de la memoria que abarca un periodo corto. En otras palabras, la parte consciente del cerebro, no puede acceder ni para recordar ni para almacenar vivencias y recuerdos, durante un período, que puede ser desde minutos hasta permanentemente, en lo cual puede ser muy peligroso.
Existen dos tipos de lagunas mentales. La más común es la laguna mental fragmentaria, que hace que solo se formen recuerdos parciales y que se olviden períodos de tiempo. El tipo más grave es la laguna mental “en bloque”, es decir, el olvido total de lo que ocurrió.
Las lagunas pueden ocurrir con BAC muchos más bajos en las personas que beben y toman medicamentos para inducir el sueño y reducir la ansiedad. Las investigaciones indican que las lagunas ocurren con mayor frecuencia cuando el alcohol ingresa en la sangre con rapidez, causando que el BAC aumente rápidamente.
Para prevenir las lagunas mentales, es importante seguir una dieta equilibrada y saludable que incluya alimentos que sean ricos en nutrientes importantes para el cerebro, como las vitaminas B, C y E, así como ácidos grasos omega-3 y antioxidantes.
“Los olvidos que deben preocuparnos son aquellos referidos a la memoria episódica reciente, o sea al qué y al cuándo. Por ejemplo: '¿Qué almorcé ayer? '”, explicó el Dr. Pablo Abdulhamid, especialista de la Clínica de Memoria del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).
Las quejas típicas de esta niebla que las personas describen son pérdida de memoria, dificultad para encontrar palabras, problemas de atención y abrumarse por tareas simples.
Los lapsus mentales son la incapacidad de recordar temporalmente algún tipo de información en situaciones cotidianas. Ocurren cuando una persona se dirige a realizar una acción y unos segundos antes de ponerla en marcha se olvida. Esto sucede porque surgen pequeños fallos en la memoria.
El neurólogo es el especialista médico del sistema nervioso tanto periférico como central y autónomo. Esto quiere decir que se encarga de todas aquellas afecciones que afectan tanto al cerebro como a los nervios y músculos del sistema nervioso.
La confusión mental o niebla mental puede ocurrir por varias razones, incluyendo una afección médica, estrés, mala alimentación, falta de sueño o el uso de algunos medicamentos. Si los síntomas son el resultado de una afección médica, pueden mejorar con tratamiento.
La pérdida de la memoria puede ser un signo de demencia. La demencia también afecta el pensamiento, el lenguaje, la capacidad de discernimiento y la conducta. Las formas comunes de demencia asociadas con la pérdida de la memoria son: Enfermedad de Alzheimer.
Estrés grave o problemas en las relaciones, el trabajo u otras áreas importantes de la vida. No ser capaz de afrontar bien el estrés emocional o laboral. Pérdida de memoria, también llamada amnesia, de determinados periodos de tiempo, acontecimientos, personas e información personal.
Es normal olvidarse algunas cosas de vez en cuando. Pero los problemas más graves de memoria interfieren en la vida diaria como conducir, usar el teléfono y recordar el camino de vuelta a casa. Los síntomas y señales que indican que habría que consultar con un médico incluyen: Hacer las mismas preguntas una y otra vez.
Meditar, ( trabajo de respiracion principalmente abdominal) deporte, ( hacer yoga es buenísimo) dormir bien, si te tienes que echar una siesta te la echas, pon musica en tu vida, lee un buen libro y mucho amor...
Los primeros signos y síntomas de demencia de Alzheimer
Deterioro de la memoria, como por ejemplo, dificultad para recordar eventos. Dificultad para concentrarse, planificar o resolver problemas. Problemas para completar tareas diarias en el hogar o en el trabajo, como escribir o usar utensilios para comer.
La amnesia puede clasificarse como: Retrógrada: amnesia para los acontecimientos previos al evento causal. Anterógrada: incapacidad para almacenar nuevas memorias después de pasado el evento causal.
Fiebre. Desequilibrio hidroelectrolítico. Enfermedad en una persona de edad avanzada, como la pérdida de la función cerebral (demencia) Enfermedad en una persona con neuropatía existente como un accidente cerebrovascular.
Nuestro malestar puede ser el resultado de una combinación de factores, como el estrés acumulado, el cansancio o la falta de apoyo emocional. También pueden influir en nuestro bienestar emocional factores como la genética, la historia familiar o el entorno en el que vivimos.
El consumo de pescados como el salmón, el bacalao o la sardina, aportan al cerebro gran cantidad de Omega-3, el cual favorece el desarrollo mental y la mejora del aprendizaje, al mismo tiempo que ayuda a mantener el correcto funcionamiento del cerebro.