¿Cuánto tiempo puede durar una botella de vino cerrada?
Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado. Si se trata de un vino con crianza esta conservación se alarga entre dos y cinco años y si estamos ante un reserva este periodo se amplía entre seis y diez años.
Sin entrar en profundidad, ya que es un tema complejo, podemos decir que un vino blanco o rosado joven, un vino tinto joven o de cosecha se conservan en buenas condiciones entre 1 y 3 años después de su vendimia, reflejada en la etiqueta de la botella.
Vinos Jóvenes: no más de un año de guarda y puede ser un poco más para los vinos que han pasado por barrica algunos meses (vinos jóvenes robles) pero no mucho más. Vinos Crianza: de cuatro a cinco años. Vinos Reserva: de ocho a diez años. Vinos Gran Reserva: quince años o más.
Vino blanco y vino rosado durarán unos 3 días. Vino tinto joven puede durar hasta una semana porque se oxida con mayor lentitud que el vino blanco. Cuantos más taninos tenga el vino, más durará la botella abierta. Vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos) durará unos 3 días.
Ningún vino posee fecha de vencimiento, y ni siquiera la frase “consumir preferentemente antes de 'tal' fecha”. Cabe destacar que otras bebidas con contenido alcohólico sí poseen fecha de caducidad, como es el caso de muchos tipos de cervezas, por citar un ejemplo.
Cuando la bebida se echa a perder, las notas florales, afrutadas, amaderadas, entre otras, dan paso a olores que pueden parecerse a vinagre, acetona, moho e incluso cartón mojado. ¡Así que no hay error! Si ha olido alguno de estos aromas inusuales en su vino, es una señal de que se ha echado a perder.
Para saber si un vino está picado fíjate en el corcho. Si está manchado más allá de la base significa que ha habido una “fuga” de vino a través de él. Lo que ya ha comprometido el contenido a una oxidación. También en el momento de manipularlo, si se rompe o tiene grietas antes de abrirlo es señal de deterioro.
Si no tenemos en casa un climático, vinoteca, o nevera destinada a ellos debemos conservarlo en el lugar más tranquilo y fresquito que tengamos, una habitación en la que no entremos mucho, con poca luz, evitando luz directa del sol o calor, como un sótano, por ejemplo.
La respuesta es más simple de lo que crees, de acuerdo con los expertos, los vinos no caducan en el sentido literal, no es como el yogur o la carne que, pasada una fecha en especial, puede darte el peor caso de envenenamiento y un caso severo de vómito incontrolable, pero su sabor si va cambiando con el paso del tiempo ...
Los vinos blancos jóvenes se recomienda beberlos dentro de los 6 meses y como máximo 15-24 meses después de la vendimia. Vinos blancos más estructurados se pueden degustar después de un almacenamiento en bodega que va de 3 a 4 años.
Un tinto borgoñón de la Romanée Conti, que fue subastado en Sotheby's en Nueva York en el año 2018. En dicha sesión se pusieron en venta dos botellas de la misma añada, una fue vendida por 558.000 dólares y la segunda por 496.000.
Dependerá del tipo de vino la temperatura de conservación idónea, pero lo más importante es mantenerlo en una temperatura estable, que, preferiblemente, oscile entre los 10ºC y los 18ºC aproximadamente. En el caso de los vinos blancos o espumosos, la temperatura de conservación puede ser más baja.
Lo recomendable es mantener la botella en posición vertical durante unos días para conseguir que los posibles sedimentos que contiene en su interior, se depositen en el fondo a la vez que el vino se estabiliza. Nunca debe moverse bruscamente la botella ni al almacenarla ni al disponerla para su consumo.
Para disfrutar plenamente del whisky, se recomienda consumirlo dentro de uno o dos años después de abrirlo y almacenarlo adecuadamente para minimizar cualquier deterioro en su calidad.
En el caso de los vinos tintos, una buena temperatura de conservación se sitúa entre los 12 y los 15 grados, así que será mejor si no hay radiadores ni otras fuentes de calor cerca; como los vinos blancos se consumen entre los cinco y los ocho grados, también pueden conservarse en la nevera.
Para evitar que esto suceda, se pueden tomar algunas medidas como evitar una exposición prolongada del vino con el oxígeno, mantener los tanques y barricas sin espacios de aire o mantener los niveles óptimos de sulfuroso, entre otras medidas.
Así que por norma ningún vino irá a la nevera si lo podemos evitar, ya que el cambio brusco desde la temperatura ambiente al frío seco de la nevera le hará perder muchos matices y creará precipitaciones de compuestos. Ahora bien, la excepción dependerá del precio y calidad del vino, así como del tipo.
¿Cuánto tiempo antes hay que abrir una botella de vino?
Los tintos jóvenes, blancos secos, espumosos o con aguja deben abrirse en el momento de la degustación. El resto de vinos se recomienda abrirlos con una hora de antelación para que vayan aireándose. Incluso 3 o 4 horas antes en el caso de los vinos especialmente potentes y con cuerpo.
Por lo general, el vino tinto se conserva a una temperatura comprendida entre 12 °C y 16 °C. Algunos vinos, sobre todo los tintos más jóvenes, también se pueden conservar a una temperatura más baja, sin embargo, ningún vino tinto debería conservarse nunca a menos de 11 grados ni a más de 18.
Si tienes esa botella en el refrigerador desde hace un mes, quizá esa copita de vino ya no va a tener un buen sabor. Una sommelier nos dice por qué esto es una mala idea. Guardar el vino en el refrigerador puede ser una mala idea, ya que la bebida podría arruinarse.
Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado. Si se trata de un vino con crianza esta conservación se alarga entre dos y cinco años y si estamos ante un reserva este periodo se amplía entre seis y diez años.
¿Cuál es la diferencia entre un vino reserva y gran reserva?
A diferencia del reserva, el periodo de crianza es de 5 años y pasa al menos 18 meses en barrica, aunque dependiendo de la denominación de origen estos requisitos pueden variar. Para vinos blancos y rosados se considera gran reserva a los vinos que han permanecido 48 meses en maduración, con un mínimo de 6 en barrica.
Estos vinos jóvenes serán comercializados durante el mismo año de la cosecha o durante el año siguiente. Es por ello que también son conocidos como “vinos cosecheros” o “vinos del año”.