En conclusión, todos los expertos reconocen al héroe mitológico Hércules como fundador de la capital de la región andaluza, y es por ello que encontramos su figura e historia en lugares públicos de Sevilla como la rematada estatua de Hércules en una de las columnas del paseo de la Alameda sevillana que lleva su nombre ...
Se atribuye la fundación de la actual ciudad de Sevilla a Julio César, que bautizó nuestra ciudad como Colonia Iulia Romula Hispalis, latinizando el nombre original (Ispal) en Hispalis, añadiendo Julia por su nombre y Romula por ser una colonia romana.
Tras encontrar el océano Atlántico, siguió costeando hacia el norte, hasta que encontró la desembocadura del río Guadalquivir, que en aquella época se encontraba a la altura de Coria del Río. Remontó este río y llegó al lugar que hoy ocupa Sevilla.
Los fenicios fueron los primeros en dar nombre a la capital hispalense. “Spal” o “Ispal” fue su denominación, cuyo significado es 'tierra llana'. Los romanos adoptaron este término que evolucionó hasta llamarse “Hispalis”. Los árabes la llamaron “Ishbiliya”.
Se cree que los Tartessos, civilización del suroeste de la península Ibérica, fundaron Sevilla en torno al siglo IX antes de Cristo (a. C.), bautizándola con el nombre de Spal o Ispal.
Según varios investigadores, Sevilla se conocía en la época prerromana como «Spal» o «Ispal» hasta la periodo romano, en el que pasó a llamarse «Híspalis», sobre el 206 a.C. Los godos serían los siguientes en otorgar su propia denominación (o variación) a Sevilla. En este caso: «Spalis».
Según la versión más verosímil, la ciudad fue fundada por la tribu ibérica de los turdetanos que habitaban el valle del Guadalquivir, territorio que se correspondía con la antigua Tartessos. Los turdetanos denominaron “Spal” o “Ispal” al poblado que crearon en una isla del Guadalquivir.
Todo empezó en el 711 cuándo tropas musulmanas llegaron del norte de África y en sólamente 7 años ocuparon toda la Península Ibérica y derrocaron al poder visigodo de Toledo. La capital fue Córdoba pero Sevilla fue una ciudad destacada durante este periodo y tomaría el nombre de Ishbiliya.
La figura de Heracles se relaciona mitológicamente con Andalucía. Cuenta la leyenda que Hércules viajó la isla de Eritea, ahora entre Cádiz y San Fernando, y que para recordar ese “trabajo” se levantaron las dos columnas con su nombre y que separan África y Europa, los límites del mundo conocido hasta entonces.
Hispalis. La antigua Sevilla fue denominada la colonia Julia Rómula Hispalis. Fue una de las ciudades más importantes del sur de la península ibérica, y curiosamente un personaje histórico de Roma: Julio César, está documentado que estuvo en la ciudad en la época de la Guerra Civil contra Pompeyo.
La conquista de Sevilla por Fernando III en 646 h/1248 constituye uno de los hechos decisivos del proceso de expansión política y territorial desarrollado por la Corona de Castilla durante el siglo XIII.
Durante el periodo árabe la llamarían Isbilia o Ixbilia y de ahí Sevilla, aunque también fue llamada Servalabari o Hims , muy desconocido este último y que se daría cuando entre 742-743 llegan a Al-Andalus la tercera de emigrantes musulmanes.
Sevilla fue la capital de España en más de una ocasión: estas fueron las razones bélicas y políticas. Sevilla ha sido, como otras ciudades a lo largo de la historia, capital de España en dos ocasiones. La última vez fue por un periodo de dos años.
Sevilla ha dado el nombre de Cristóbal Colón a uno de sus paseos principales, el que corre junto al río Guadalquivir con la Plaza de Toros de la Maestranza y el Teatro de la Maestranza como principales referencias, rematado con la Torre del Oro.
¿Qué tiene que ver Sevilla con el descubrimiento de América?
Aunque al iniciarse el Quinientos, el puerto de Sevilla había ya alcanzado un notable relieve, esencialmente por el tráfico de productos de sus fértiles riberas, es el Descubrimiento de América el que lo convierte en ese puerto universal y escala obligada en la ruta del Viejo al Nuevo Continente.