Al salir de tu dinámica regular, descubrirás cosas acerca de ti que no han tenido el espacio para aparecer anteriormente. La libertad de reinventarte y crecer, sin el input de nadie que conozcas o sin ninguna determinación por experiencias pasadas, será seriamente adictiva en la mejor manera posible.
De la combinación de los términos alemanes wandern (caminar) y lust (deseo) surge wanderlust, un síndrome —sin entidad clínica— que hace referencia a la pasión por viajar que puede derivar en obsesión, provocando un anhelo permanente que ningún viaje puede saciar.
Viajar es desconectar de los problemas, conocer gente, disfrutar de paisajes increíbles o de la ciudad más cosmopolita del mundo, es probar gastronomía diferente, es ver con otros ojos, es abrir la mente, es experimentar, es reflexionar, emocionarte e incluso, decepcionarte…
El síndrome wanderlust no es peligroso en sí mismo, y trata sobre la obsesión casi excesiva que padece una persona por viajar a cualquier lugar del mundo. ¿Siempre soñando despierto con tierras lejanas, paneles de información aeroportuaria y maravillándote en una ciudad en la que nunca has estado antes?
En otras palabras, Wanderlust es aquella persona que tiene un espíritu viajero, que ama recorrer el mundo y siente un deseo incontrolable por vivir nuevas experiencias en lugares desconocidos.
Tanto antes como durante el viaje, es recomendable hidratarse correctamente bebiendo agua de forma regular y reduciendo el consumo de alimentos o bebidas que puedan favorecer la deshidratación. Del mismo modo, minimizar la ingesta de café o alcohol es otra de las claves para prevenir la aparición de esta patología.
Investiga sobre el destino, organiza tu itinerario y haz las reservas necesarias con anticipación. ✔️ Aprende técnicas de relajación: Practica técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga. Estas herramientas te ayudarán a calmar la mente y reducir la ansiedad.
Es una de las mejores formas de ampliar tus horizontes, conocer otras culturas, aprender cosas nuevas y disfrutar de la vida en su plenitud. Viajar no solo te ofrece la oportunidad de ver lugares increíbles, sino que trae muchísimos beneficios para tu salud mental, estado emocional e incluso para tu capacidad empática.
Visitar un lugar desconocido nos permite descubrir nuevas culturas, nuevas formas de vivir y otra manera de entender la vida diferente a la nuestra. Sentirnos afortunados o apreciar lo que tenemos, sea mucho o poco, es algo que se consigue traspasando nuestras fronteras.
Viaje de estudios cargado de experiencias positivas
Estimula el cerebro gracias a la novedad y la aventura que supone. Cuerpo y mente se renuevan y se alejan de las preocupaciones, llenando nuestra imaginación de recuerdos que evocaremos en el futuro. Amplía perspectivas y genera una visión más positiva de la vida.
La ensoñación excesiva (en inglés, maladaptive daydreaming) es un fenómeno psicológico, caracterizado por una actividad fantasiosa excesiva que reemplaza la interacción humana e interfiere con el trabajo, las relaciones y las actividades generales.
Puedes tener sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o latidos rápidos, fuertes o como aleteos (palpitaciones cardíacas). Estos ataques de pánico pueden provocar que a la persona le preocupe que sucedan de nuevo o que evite situaciones en las que han sucedido.
Utilizar suplementos naturales, tales como valeriana, melatonina y magnesio, junto con la práctica de técnicas de relajación, te permite disfrutar de un vuelo más apacible.
El síndrome de París es como se le llama al conjunto de reacciones negativas en el cuerpo al momento de visitar la capital francesa. Sus síntomas más comunes son: decepción, inquietud, delirios, ansiedad, agresividad, irritabilidad, aumento de los latidos cardíacos y sudoración.
También es conocido como el síndrome del estrés del viajero o la enfermedad de los museos . Los turistas que lo han sufrido aquejan taquicardia, sudoración, sofocación, tensión emocional, agotamiento y mareo .
El síndrome del viajero es una enfermedad psicosomática que puede ser provocada por una especie de saturación o sobredosis de belleza. Por lo general, esta suele darse ante una exposición de riquezas artísticas.
Unas semanas antes de iniciar el viaje vale la pena tomar algún suplemento de probióticos. Ayudan especialmente aquellos que tienen Lactobacillus acidophilu, Lactobacillus rhamnosus y Lactobacillus reuteri.
Ocurre porque en las cabinas hay una presión atmosférica más baja (solo un 75% de la normal). Por ese motivo, los niveles de oxígeno en sangre también son más bajos. La consecuencia de ello es fatiga, mareo e incluso migrañas en personas propensas.
Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una decisión importante.
¿Qué puedo tomar para calmar los nervios y la ansiedad?
Algunos ejemplos de antidepresivos que se utilizan para tratar el trastorno de ansiedad generalizada son el escitalopram (Lexapro), la duloxetina (Cymbalta), la venlafaxina (Effexor XR) y la paroxetina (Paxil, Pexeva). Tu médico también puede recomendar otros antidepresivos.
Tener ansiedad todo el día puede producir fatiga, cansancio, dificultad de concentración, tensión muscular y problemas de sueño. Sin embargo, no toda ansiedad es igual. Hay distintos tipos de ansiedad y pueden necesitar de un abordaje distinto para afrontarlas.