Los aviones emiten dióxido de carbono, ozono, metano y otros gases de efecto invernadero. Shaun Hendy, profesor de física de la Universidad de Auckland, cuenta en The Conversation que las reacciones químicas producidas por estos gases pueden provocar efectos tanto de calentamiento como de enfriamiento del planeta.
Además de las emisiones de CO2, los aviones también liberan otros contaminantes, como óxidos de nitrógeno y partículas, que pueden tener impactos negativos en la calidad del aire y la salud humana.
Cada pasajero de avión produce un promedio de más de cien kilos de dióxido de carbono por cada hora de vuelo. La aviación civil es responsable de entre un 2 y un 3 por ciento del total de emisiones de dióxido de carbono (CO2) emitidas de manera artificial a la atmósfera cada año.
El medio más contaminante es el avión, seguido del coche. La industria de la aviación emite 192 gramos de CO2 por kilómetro y pasajero, por los 121 gramos de un automóvil, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Los motores de los aviones emiten vapor de agua, dióxido de carbono y pequeñas cantidades de óxidos de nitrógeno (NOx). También hidrocarburos, monóxido de carbono, gases de azufre y partículas de hollín y metal formadas por la combustión a alta temperatura del combustible de avión durante el vuelo.
Las emisiones de la aviación, comercial y militar, contribuyen notablemente al aumento del efecto invernadero. Esto se debe principalmente al dióxido de carbono (CO2) producido por la combustión del jet fuel (queroseno), así como a las estelas de condensación y a las nubes altas que, a veces, pueden generar.
¿Qué pasa con el combustible que sueltan los aviones?
Si un avión no utiliza una cierta cantidad de combustible antes de aterrizar podría chocar con el suelo con demasiada fuerza, lo que puede provocar daños graves. El derrame de combustible se efectúa desde unas válvulas que desvían el combustible hacia la punta de las alas donde se pulveriza en la atmósfera.
Los aviones emiten de media 4,84 veces más gases de efecto invernadero que los trenes, según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que es una estimación conservadora a la baja.
Según los datos previos a la pandemia, el sector de la aviación produjo en el año 2019 aproximadamente 915 millones de toneladas de CO2 a nivel mundial, lo que representa el 2,1% del total de las emisiones anuales emitidas por el ser humano.
El sector más contaminante: los combustibles fósiles
No le sorprende a nadie que el sector de los combustibles fósiles sea el más contaminante del mundo. A pesar de este conocimiento, las emisiones de los combustibles fósiles siguen aumentando.
Asimismo, se estima que la aviación comercial ya representa aproximadamente el 5% del forzamiento global del clima. Los aviones emiten principalmente CO2, óxidos de nitrógeno (NOx) y estelas de condensación.
Así que según sus estimaciones, y calculando un número promedio de pasajeros, el medio que más emisiones de dióxido de carbono provoca es el avión. Suponiendo, por ejemplo, que lleva 88 personas a bordo, resultaría que emite 285 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro.
Según este mismo estudio, la aviación es el modo de transporte con mayor impacto climático: por cada 1000 kilómetros recorridos por pasajero, un vuelo genera de promedio 18 veces más dióxido de carbono (CO₂ ) que un viaje en tren.
¿Qué hacen con los desechos humanos en los aviones?
Según su relato, una vez que un pasajero pulsa el botón del inodoro, los desechos se desplazan a través de una tubería y se almacenan en la parte trasera del aparato, donde se sellan y quedan hasta el aterrizaje.
¿Cuánto contamina un avión en comparacion con un coche?
Se calcula que una sola persona conduciendo un coche de gasolina, equivale a un avión volando a un 80% de su capacidad. La diferencia es que, mientras que el avión va casi lleno de pasajeros, la misma cantidad de personas equivaldría a 80 coches emitiendo cada uno los mismos gases que ese mismo avión.
Aunque va a variar según el modelo, el número de pasajeros, etcétera, el consumo de un avión por pasajero está en torno a los 3 litros cada 100 kilómetros y en los modelos más eficientes pueden llegar a un consumo de 2 litros cada 100 Kilómetros.
El tren, y en general, los vehículos que circulan sobre raíles (como el metro o el tranvía) representan el transporte masivo con menos emisiones sobre el medio ambiente.
El tren es el medio de transporte más ecológico y está llamado a tener un papel fundamental en la disminución de la huella de carbono. No olvidemos que este es el objetivo del Pacto Verde Europeo, que ha establecido como meta para el año 2050 reducir las emisiones contaminantes en un 90 %, en comparación con 1990.
Las alas de los aviones comerciales cuentan con un recubrimiento interior que las convierte en un tanque estanco para que puedan llenarse de combustible; esto es lo que se conoce como wet wing.
Cuando la aeronave se está aproximando al aeropuerto de destino es momento de llevar a cabo un aterrizaje. En él, el tren de aterrizaje hará contacto con la pista, mientras que se desacelera hasta alcanzar velocidad nula o la velocidad suficiente para rodar hasta la posición de estacionamiento.
Lo que él no sabe aún es que un estudio (i) realizado por un equipo internacional de científicos en 2013 observó que el humo del diésel consiste principalmente en carbono negro, que tiene un fuerte impacto en el calentamiento global: casi 3300 veces más que el dióxido de carbono durante un periodo de 20 años.